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Amigos y premios

El día 29 de junio, hace a penas una semana, realizamos una nueva presentación de "Pétalos de acero". Era la cuarta, sin contar con que Sant Jordi este año no puntúa por la gran tromba de agua que hizo que se suspendiera. Cuatro presentaciones son muchas para un escritor novel. Y era lógico suponer que cada vez resulta más difícil arrastrar a seguidores para escucharme de nuevo y... sin embargo, en el momento en que más lo necesitas, te das cuenta de que las personas que te aprecian van a estar allí cuando los necesites.


Esta presentación estaba organizada por Printcolor la imprenta que se encargó de la impresión de la novela. Y debo darle todas las gracias del mundo, como a Lluís y a Marta, mis editores, que estaban allí conmigo. Fue genial. El entorno era envidiable, en pleno centro del barrio gótico de Barcelona, muy cerca de donde acontecen varios acontecimientos de la novela. La organización, perfecta. Y, además, la presencia del periodista Sergio Fidalgo, que no paró de hacerme preguntas sobre la novela, la convirtieron en una de las mejores presentaciones que he hecho hasta el momento. 


Printcolor me otorgó un detalle en forma del premio al autor del mes, una bonita escultura que, por inesperada, es todavía más halagadora. 


Amigos como David y Francesc, colegas de fatigas en la universidad, también se presentaron por sorpresa, y junto con compañeros de trabajo y profesores de la Facultad -convertidos en mucho más que eso hace ya tiempo-, a los que agradezco de corazón su presencia, hicieron de la tarde del jueves una experiencia fantástica e inolvidable. Ana, Noel, Vicente, Maria, Victoria, Luisa, Assumpta, Rafa, Jordi, Alfonso, Rosa, Rocco, Sonia... muchas gracias por todo. Porque vuestra presencia y vuestro cariño es en realidad el verdadero premio.


Y gracias a Printcolor y a Hermenaute por lograr que la presentación fuera todo un éxito.


Abril-Mayo 2016

Difícil colocar una fecha, o un acto en concreto. Pero, como os tenía abandonados, he preferido hacer una entrada genérica y global sobre lo acontecidos en el último mes y medio, aproximadamente.
Tras la presentación oficial en Gigamesh de "Pétalos", llegó su presentación en Sabadell el 15 de abril.


Como podéis ver, fue un éxito. Lluís Rueda, mi editor, se quedó encantado. Y yo, también. Es bueno saber que cuentas con familiares, amigos y nuevos lectores que te arropan en momentos tan intensos.

Luego vendría Sant Jordi, el día 23 y todo estaba dispuesto. Incluso había hecho unas bonitas imágenes para promoción de las novelas. 
Sant Jordi es un día que me encanta. Pasear entre las paradas, compartir con la gente su amor por la lectura, y poder regalar a las personas que quieres una rosa, hacen de esta fiesta un día muy especial. Pues bien, se truncó porque aquella tarde, la del día 23, cayó una impresionante tormenta justo a las horas en las que los autores locales teníamos que firmar nuestros libros. 
Fue una pena, pues por la mañana había hecho un sol magnífico. ¡Qué le vamos a hacer! Eso sí, como pudimos fuimos a las librerías de la ciudad a dar una vuelta, y allí me encontré con que "Pétalos" compartía lugar con muchos otros éxitos del día.


Luego vinieron un par de entrevistas en blogs hablando de la novela, el Steampunk y la Exposición de 1888. No os la perdáis:


Y nuestra aparición por sorpresa en la XIV Fira Modernista de Terrassa que tuvo lugar el 7 de mayo, en la que hicimos una presentación gracias a nuestros amigos de Landrómina, una librería especializada en el tema fantástico de la ciudad. Nos lo pasamos muy bien, como puede verse en la fotografía:


¡Ah, y sin olvidarnos de algo que mi hizo mucha ilusión! "Pétalos de acero" fue lectura recomendada del mes de mayo de la revista Scifiworld, junto a obras de Emilio Bueso o de Carlos Sisi. Compartir página con estos autores fue y es todo un honor.


Por no hablar de que no todo va a ser "Pétalos de acero" y la escritura. Han sido unas semanas intensas, con la asistencia al espectáculo de Carlos Latre en la Faràndula de Sabadell (5 de mayo), el concierto de Bruce Springsteen en el Nou Camp (14 de mayo) o la fantástica tarde que pasamos con los Harlem Globetrotters en Badalona (20 de mayo).





Pues esto ha sido este mes y medio, bastante intenso, como podéis ver. Aún quedan cosas en el tintero, como que mi tercera novela está ya en proceso de edición y se publicará en octubre, que he estado atareado preparando varios concursos literarios y que hay proyectos futuros en cartera. Pero eso es otra historia y deberá ser explicada en otro momento, como decían en Conan. 

Eso sí, nada sería posible sin esta familia (los pelos es por el viaje en barco, hacía mucho aire en Barcelona y en el puerto este sábado): 



Presentación oficial de "Pétalos de acero"

Ya está, ya la hemos dado a conocer. Ya ha empezado la carrera de "Pétalos de acero". ¿Su final? Espero que muy lejano. Pero el viernes día 1 de abril, mi segunda novela, comenzó a caminar y nada más, y nada menos, que en la Gigacon 2016, en uno de los principales eventos realizados por ese centro de vicio y subcultura (como todo el mundo la conoce) que es Librería Gigamesh.

Allí estuve acompañado de buenos amigos, de mis editores (Marta y Lluís), y de un gran número de escritores y editores de género, de esos que luchan día a día para que sus obras lleguen hasta los lectores, luchando contra viento y marea, contra adversidades y obstáculos varios, con el único fin de poder mostrar  y demostrar lo que hacen, lo que pueden llegar a hacer. Aunque eso sea difícil, complicado, en un país en el que -como se dijo durante la mesa redonda de editoriales emergentes que precedió a mi presentación- no debe extrañarnos que sacar una editorial adelante sea una ardua tarea, teniendo en cuenta que se prefiere seguir las anodinas vidas guionizadas de un puñado de personas metidos en una casa durante meses en televisión antes de ojear, y hojear, las páginas de un libro. Nunca ha sido un país este de mucha lectura, nunca. Y, sin embargo, sigue habiendo personas que apuestan su tiempo y su dinero en competencia leal contra los grandes monopolios editoriales con el único fin de poder llevar a los escritores noveles (o no tanto) hasta los potenciales lectores, que aún estando bien escondidos, haberlos haylos.

Y yo soy uno de ellos, y Editorial Hermenaute una de esas editoriales emergentes a las que su buen hacer y oficio estoy seguro de que les deparará grandes éxitos. Saben tratar a las personas y saben hacer muy bien su trabajo. Y, como suele decirse, para muestra un botón: "Pétalos de acero" tiene una edición magnífica (y aquí no puedo olvidar a la bookcover realizada por Aina Albi), cuidadas hasta su más mínimo detalle, de la misma forma que lo estaban sus anteriores obras "Los agujeros de las termitas" y "Momias y embalsamados". 

Pues eso, rodeado de buena gente, de gente maja, no era posible hacer una mala presentación (Aquí la podéis ver entera) Ahora solo necesitamos que este nuevo proyecto se dé a conocer, que sus lectores opinen sobre la obra, que las reseñas afloren como flores en primavera, y nunca mejor dicho. 

Muchas gracias a todos los que estuvisteis allí. Con amigos como vosotros todo es posible. 




Pétalos de acero

Es difícil describir lo que se siente cuando nace una nueva novela. No ya cuando realmente nace, en ese momento en que fluctúa entre tus neuronas buscando un lugar por el que escapar, sino cuando toma forma, se hace tangible. Es en ese momento cuando reflexionas y recuerdas lo que has disfrutado documentándote, escribiéndola, luchando contra tus propios personajes que se han dejado hacer, o que han hecho que les hagas, hasta moldearse en una historia con pies y cabeza, una historia de las de antes pero con el toque actual de la revisitación a los géneros.

Pétalos de acero se ha convertido en mi segunda novela, apenas un año después de la publicación de La Inconquistable de manos de la Editorial Autores Premiados. Y no puedo es tar más orgulloso de eso. En este nuevo proyecto he plasmado muchos de mis gustos, he descubierto la historia de una ciudad, he convivido con una época del pasado que siempre me ha provocado curiosidad y la he dado la vuelta, convirtiéndola en una aventura que emula a las obras del maestro Julio Verne, a las novelas policíacas de Maurice Leblanc con su Arsène Lupin, o a los relatos folletinescos decimonónicos de Paul Féval o Eugène Sue. Un nuevo giro de tuerca mezclado con pellizcos de esa ciencia ficción vintage que es el Steampunk. Todo ellos agitado en la coctelera y voilà!.


Cuando Lluís Rueda, mi editor en Hermenaute, me dijo que quería publicarla, bueno, no me lo podía creer. ¿Por qué? Pues por la extensión. No quise limitarme a ninguna frontera invisible. Quise escribir lo que quería y llegar hasta donde la historia me llevase. Y así lo hice. Sin embargo, las 546 páginas en las que ha quedado la novela no parecieron ser un serio problema para Hermenaute. Por no hablar de la ilustración que Aina Albi ha realizado para la obra, recogiendo con su elegante estilo la idea básica de la novela y convirtiendo su cubierta en una pequeña maravilla. Debo agradecerle su impecable trabajo, estoy obligado a hacerlo.

Ahora, la novela está a punto de salir de imprenta. El bebé está a punto de nacer. Y con ganas espero el tenerlo entre los brazos para poder acunarlo. Pétalos de acero es un reflejo fidedigno de aquel momento de la historia, a la nostra terra, a Catalunya, a Barcelona, realizado con rigor y cariño. Un reflejo fidedigno hasta en el más nimio detalle, aunque sometido a un torbellino de imaginación y fantasía. 

Solo falta que a vosotros, los lectores, os guste. Mi intención es buena. Y la editorial ha hecho un más que excelente trabajo. Así pues, todo queda en mis manos. Y espero no haberme equivocado.

Podéis encontrar la novela en preventa en la propia editorial hasta el 6 de marzo. Y luego... ¡a las librerías y en formato electrónico!

¡Feliz Exposición Universal!  ¡Feliz 1888!

Aquí podéis comprarla en preventa, con un 5% de descuento y con gastos de envío gratis hasta el 6 de marzo: Pétalos de acero


9N

Hoy leía la contra de El Periódico y me encontraba con un pequeño artículo del periodista Xavier Sardà. El decía que este domingo, día 9 de noviembre de 2014, había decidido no usar su derecho como ciudadano y no votar en este curioso momento histórico en el que se ha realizado una consulta-encuesta (o algo parecido) medio ilegalizada por el Tribunal Constitucional en el que se planteaba la pregunta sobre la posible independencia de Catalunya; un domingo que -coincidiendo con la caída del muro de Berlín hace 25 años- debía ser un espejo que nos devolviese imágenes de tolerancia y afecto, un domingo en el que los ciudadanos pudieran ejercer su opinión -sea esta cual fuera: positiva, negativa...- sin animadversión, sin gritos, sin insultos ni reproches, alegrándonos de que la gente pudiera hacer sin miedo un gesto que la democracia siempre debería permitir. Y yo también me he alegrado por ello, dejando de lado la manipulación mediática de unos y otros -que la ha habido-, de las presiones de aquí y de allá, formando parte de esas colas de personas que han podido, casi como si se tratara de un día de fiesta, opinar sobre su futuro (sea cual sea su validez final).

Pero además, el mediático periodista Xavier Sardà hacia referencia a una carta de la que Borja de Riquer hacía mención no hace mucho sobre un político conservador llamado Manuel Duran Bas que enviaba a un amigo suyo, Francisco Silvela, en 1881, en la que se insinuaba que entre las clases sociales de Barcelona de la época iba calando la idea de que en Madrid se desdeñaba  en general todo lo que no eran intereses de la Corte, así como que se tenía mala voluntad hacia Cataluña. Vaya, en definitiva, que Cataluña y Madrid no se entendían.

Es curioso, pero hace unos meses me estaba documentando para una novela de Ciencia Ficción de género steampunk que he escrito llamada Pétalos de Acero y que se desarrolla en Barcelona durante la Exposición Universal celebrada en 1888 y, tras leer una serie de artículos de diferentes periódicos de la época, llegué a la misma conclusión. Tuve la extraña sensación de que aquellos artículos podían haber sido escritos la semana de antes y tendrían la misma vigencia que antaño. Eran increíbles los problemas que los organizadores de la Exposición habían tenido para llevar a cabo esta, con trabas e impedimentos por parte de Madrid, así como la poca o nula subvención que se obtuvo en su momento del Gobierno central, a pesar de que finalmente la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena había llegado al quite e inaugurado el gran acontecimiento. ¡Y estamos hablando de hace más de cien años! 

Está claro  que el tema catalán, que la relación entre el gobierno de España y Cataluña, siempre se ha encontrado en un ir y venir de dificultades y recriminaciones que todavía no se han solucionado, y que con el continuo cúmulo de errores que se han cometido desde los estamentos políticos difícilmente tendrá solución o, si la tiene, no gustará a todos los involucrados.

Sea como sea, hoy, como catalán, como ciudadano del mundo, liberado de cualquier frontera física o política, me congratulo de que aquel que lo haya deseado haya podido expresar libremente su opinión, de forma pacífica y sin trabas. El futuro dirá.